miércoles, 12 de noviembre de 2008

Vos preguntas

Vos preguntas por qué me gustas,
y en verdad que no lo se,
aveces la estúpida costumbre de
evitar una caída me conduce a
laberintos sin salida, como hoy, cuando
vos preguntas y yo no entiendo
las razones de tu duda,
porque así, atrapado como estoy
en este enredo tan antiguo y frío
-más terrible aún que tu mirada-
me abandono y me consumo por las tardes
en una pira de malos pensamientos.

Y vos preguntas justo en el momento
cuando nada detiene mi partida
cuesta abajo del barranco de mis horas negras,
vos me gustas porque sos una razón para estar de pié,
porque el candor de tus ideas
conjura duendes ciegos en mi cama,
porque así me va la vida
buscando cicatrices nuevas.

Vos preguntas y no comprendo
el juego perverso de tus manos,
ni el ir y venir de tu misterio,
lo único que en verdad entiendo
es que voy irremediablemente alejándome de
aquel impulso loco y primitivo
que sentí cuando tus manos me tocaron.

Vos preguntas y me sobran las ideas,
pero a vos le gustan los juegos de escondidas,
mientras que a mí se me agota el tiempo,
este tiempo en el que puedo amarte sin reservas,
en el que puedo llenar mi piel con tus caricias,
porque esta hecho de luz de luna,
-es un sueño eterno que retorna-
y cuando la dama blanca al fin se oculte,
retornarán la cordura y sus aliados,
entonces vos serás un fantasma más
en mis noches de poeta,
un fantasma sin historias ni recuerdos,
sin al menos el sabor amargo que dejan las heridas.

Aún asi vos me preguntas por qué me gustas,
y no se si son tus ojos o tus piernas
las causantes de este mal,
pero es verdad, lo confieso, hoy te deseo mas que nada,
sin importarme las historias que nos rondan,
sin promesas ni ataduras,
me gustas sin complejos ni contratos,
así como se quieren los amantes en las noches de verano,
como se aman las nubes de tormenta,
así, de paso y para siempre,
como se multiplican los besos en la niebla,
-los amantes viven para siempre en ese instante-
porque se que no hay despedida que
separe los labios que se amaron,
porque se que los mañanas nunca llegan solos,
siempre quedan migajas de recuerdos bajo la cama.


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