viernes, 1 de noviembre de 2013

Sobre la Arena

Arena de los huesos rotos,
Como la historia multiplicada al infinito,
Como las penas lloradas en silencio.


Sobre la arena una flor marchitándose de olvido,
Una palabra en boca del errante,
Un recuerdo sabor azufre.


El andar cansado de la vieja,
Los pasos tambaleantes del borracho,
La carrera loca del chamaco.


Arena de los olvidados,
De los que purgan penitencias en hogueras,
Los que emigran en pos de la esperanza.


De esos que dejan cicatrices en los labios,    -dulces asesinos de inocencias-
Necios que inventan soledades,
Los que intentan esconderse bajo piedras.


Sobre la arena están los solitarios,
Los que llevan el corazón sin ataduras,
Los hambrientos de venganza.

Los que encuentran abrigo en la nostalgia,
Ahorcados que renacen con la lluvia.
Y sobre la arena nacimos libres.

Arena que es refugio de fantasmas,
Hogar de los ausentes,
Escondite de inocentes.


Sobre la arena el olvido llega pronto,
Secamos nuestro llanto con el polvo,
Enterramos la tristeza en los barrancos.


Arena que es objeto de placeres,
De sombras que habitan en almendros,
Una lágrima atrapada entre la hierba.


Sobre la arena los recuerdos queman,
Es la necedad de andar descalzo,
Con los ojos inyectados de bravura.


Arena que se entrega con cautela,
Que pronuncia letanías de amargura,

Y oculta sus encantos de los cuervos.

Sobre la arena un animal rabioso,
El insurrecto Huatla pistola en mano,
Un líder sindical mordiendo un hueso,


La bala que mató al amotinado,
La estupidez del cruel incendio.
Arena, mosaico de colores,


Ventana de sabores,
Capricho de una nube necia,
El último refugio de mis ojos.