miércoles, 29 de julio de 2009

Segundo Poema del Silencio.

A menudo nos pasa, el mundo
Se nos atora en la garganta,
Escondidos en el fondo del barranco
Olfateamos de lejos la tormenta,
El vuelo fugaz de una duda razonable.

A veces pasa, las manos
Se nos van haciendo viejas,
Con el olvido y la distancia
Acechando cual fantasmas,
Evocamos nostalgias aburridas.

Pasa que olvidamos sonreír, a veces,
Cuando el silencio nos atrapa,
Así, a rastras, bajo la lengua
Se nos fugan clandestinos e inocentes
Pensamientos de lluvia y sal.

Es común que los sueños nos olviden,
Abandonados a la suerte, como las hojas
Del otoño, nos entregamos a la marea
Incansable de pasto seco en la memoria,
Así las dudas nos dejan solos, a oscuras.

Hoy nos pasa que no encontramos la salida,
Las nubes nos aprisionan en su viaje,
Cautivos del dolor y la memoria, alimentamos
Las espinas de la cama, nos recostamos a
Escuchar a los fantasmas aruñando las paredes.