martes, 18 de noviembre de 2008

Poemas Varios

Estos son unos poemas pequeños de hace 3 años... cuando todo era neblina...
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Jugar con el olvido,
emprender la búsqueda de un recuerdo,
caminar hasta donde el dolor me lo permita,
encontrar caricias escondidas,
buscarte entre sábanas insípidas,
dormir desnudo y si aliento,
el lamento de mis ojos,
dos noches, dos copas de amor y olvido,
caminar hasta donde el dolor me lo permita.
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Cuando el rió se detiene,
camino al horizonte,
lo cubro de fuego y tierra,
sepulto el corazón bajo la arena,
o simplemente lo abando en el camino
para que alimente a los gusanos,
le compro fruta seca a los viajeros,
limpio mis ojos con arena nueva,
y así desnudo y triste,

caigo de rodillas frente al mar.
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en aquella noche,
mi piel se lleno de frío,
aprendí a escuchar el llanto,
que se esconde entre las sombras,
contemple tu ausencia por dos segundos,
cerré las puertas de mi casa,
mis ojos temblaron de miedo,
al ver la cama sin tu cuerpo,
pronuncié tu nombre siete veces,
y dormí sobre el recuerdo de tus besos.

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NOTA


-Esperar mientras el cuerpo agota su pureza.

-Llenar mis ojos con locura.

-Dejar listo es viejo traje.

-Estudiar los ciclos del dolor.

-Secar las heridas con humo de recuerdos.

-Recordarle a la luna que alimente mis demonios.

-Robarle al sueño una máscara inocente.
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Mas allá de mis sueños rotos,
de las palabras que de noche,
buscan refugio en tus oídos muertos,
del inmaculado recuerdo de tus ojos claros,
del cansancio que soportan mis manos
cuando imagino tu sombra bajo mi cama,
regresa la incansable fantasía de encontrarte
escondida de la muerte entre entre mis brazos.
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Desde el umbral de mi dolor te escribo,
esperando del cielo una respuesta,
y en el centro de esta amable angustia
se va muriendo también una esperanza.

Con esta mano inquieta escribo,
buscando las palabras adecuadas para ti,
aquellas que no me recuerden la nostalgia,
que tengan el calor de tus mañanas.

Escribo, procurando no pensar
en tu sonrisa que me vuelve a la memoria,
la mañana de verano cuando te fuiste
yo me quedé escribiendo para ti.
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Desesperado,
eternamente enamorado de un recuerdo,
condenado a encontrarme por la vida
felizmente abandonado en el desierto.

Cansado,
dulcemente marcado con la cruz del penitente,
destinado a la derrota
aprisionado entre lágrimas de olvido.
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