En aquellas noches de ausencia y dolor,
un sentimiento clandestino me toma por asalto,
emergido del más oscuro pantano de un recuerdo.
(perdido o escondido, no lo sé)
Una estrella indiscreta
se desnuda al pie de mi cama,
y descansa sus frías manos en mi rostro.
La sombra que vigila detrás del espejo,
deja caer tres gotas de llanto en una copa,
y se bebe mi esperanza.
Los demonios de la infancia vuelven,
entonan una canción de luto
y se esconden en el sueño de mi almohada.
Una diosa desnuda y olvidada
busca entre la ropa sucia
el viejo disfraz de penitencia.
Mientras la tristeza,
escondida en un rincón,
teje su vestido con mis huesos.
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