Tengo una mano tan cobarde,
que se esconde del destino,
una boca que muere de pena ante tus ojos,
y un jardín de arena.
Tengo una noche de esperanza,
una tregua y seis venganzas,
una estrella que me olvida,
y un reloj sin vida.
Tengo un corazón tan olvidado
que se ríe del fracaso,
y se oculta de la noche
con frases incompletas.
Tengo el color del abandono,
la rutina de ser el último en la fila,
de morirme lentamente en una duda,
y soñarme cada noche entre tus brazos.
Tengo una mano tan cobarde
y un corazón tan solitario,
tengo tantas noches y tanto llanto,
tanta pena y el corazón en blanco.
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